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BEL Y EL DRAGÓN

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[Y el rey Astíages fue puesto con sus padres; y Ciro, el persa, tomó el reino.] (De “Susana”, vers. 64.) De la profecía de Habacuc, hijo de Jesús, de la tribu de Leví. Un hombre había sacerdote, por nombre Daniel, hijo de Habal, comensal del rey de Babel. Y había un ídolo: Bel, que veneraban los babilonios; y consumidos eran por él, cada día, de harina flor celemines doce y ovejas cuatro y de aceite medidas seis. También el rey lo veneraba e iba todos los días y lo adoraba; pero Daniel oraba al Señor. Y dijo el rey a Daniel: «¿Por qué no adoras a Bel?» Y dijo Daniel al rey: «A nadie venero yo sino al Señor, al Dios que ha hecho el cielo y la tierra y tiene de toda carne señorío.» Y díjole el rey: «¿Este, pues, no es dios? ¿No ves cuánto se gasta en él todos los días?» Y díjole Daniel: «De ninguna manera; nadie te engañe; que éste, por dentro, barrizo es; y, por fuera, broncíneo; y te juro por el Señor, el Dios de los dioses, que nada ha comido jamás éste». Y airado el rey, llamó a los prefectos del santuario, y díjoles: «Mostrad al que come lo dispuesto para Bel; que, de no, moriréis; o Daniel; que dice que esto no es comido por él.» Y ellos dijeron: «El mismo Bel es quien lo devora.» Y dijo Daniel al rey: «Hágase así: si yo no mostrare que no es Bel quien devora esto, muera yo y todos los míos.» Y tenía Bel sacerdotes setenta, fuera de mujeres y niños. Y condujeron al rey al idolio; Y dijeron los sacerdotes de Bel: «He aquí nosotros salimos fuera; pero tú, rey, pon la vitualla; y el vino mezclando ron; y cierra la puerta y sella con tu anillo. Y viniendo a la mañana, si no hallares toda la vitualla comida por Bel, moriremos, o Daniel que ha mentido contra nosotros. [. . .] Y ellos descuidaban; pues habían hecho debajo de la mesa una oculta entrada; y por ella entraban siempre y lo quitaban. Y aconteció: cuando salieron aquellos y el rey puso la vitualla ante Bel; [. . .] mandó Daniel a sus niñitos y trajeron ceniza, y espolvorearon todo el templo, delante del rey solo; y saliendo cerraron la puerta y sellaron con el anillo del rey; fuéronse. [. . .] Y los sacerdotes vinieron de noche, según su costumbre, y sus mujeres y sus hijos, y comiéronse todo y lo bebieron. Y aconteció al otro día vinieron al lugar; y los sacerdotes de Bel, por una puertecilla falsa entrando, habían comido todo lo puesto ante Bel y bebídose el vino. Y dijo Daniel: «Mirad vuestros sellos, si han quedado, varones sacerdotes; y también tú, rey, examina si no te ha acontecido algo desacorde.» Y hallaron, como estaba, el sello y lanzaron el sello. Y madrugó el rey, y Daniel con él, y dijo: ¿«Enteros los sellos, Daniel»? y él dijo: «Enteros». Y, abriendo las puertas, vieron consumido todo lo puesto delante, y las mesas, vacías; y alegróse el rey, y dijo a Daniel: «Grande es Bel, y no hay en él fraude.» Y rió Daniel muy mucho, y dijo al rey: «Ven, ve el fraude de los sacerdotes.» Y dijo Daniel: «Rey, estas huellas ¿de quién son? Y dijo el rey: «De hombres, y mujeres y niñitos.» Y entró en la casa en que moraban los sacerdotes; y halló la vitualla de Bel y el vino; y mostró Daniel al rey las ocultas puertecillas, por las que, entrando los sacerdotes, gastaban de lo puesto ante Bel. Y los sacó el rey, del belión, y entrególos a Daniel; y el gasto, el para él, dio a Daniel; y a Bel derribó. Y había un dragón en el mismo lugar, y lo veneraban los babilonios. [. . .] «No puedes decir que éste no es un Dios viviente.» Y dijo el rey a Daniel: «¿Acaso también este dirás que es broncíneo? He aquí vive, y come y bebe: adóralo. «Al Señor, mi Dios, adoraré, pues él es Dios viviente.» [. . .] Y dijo Daniel: «Rey, dame licencia, y mataré al dragón sin hierro y palo.» Y permitióle el rey y díjole: «Dada te está.» Y tomó Daniel de pez minas treinta y grosura y pelo y coció juntos e hizo una masa y arrojó en la boca del dragón; y, habiendo comido, reventó. Y mostróle al rey diciendo: «¿No esto veneráis, rey?» Y juntáronse los de la región todos contra Daniel y dijeron: «Judío se ha hecho el rey: a Bel ha derribado y al dragón ha matado.» Y dijeron, viniendo al rey: «Entréganos a Daniel; que, si no, te mataremos y a tu casa». Y vio el rey que le estrechan sobremanera; y, forzado el rey, entrególes a Daniel. Y, viendo el rey que se ha apiñado la turba de la región contra él, llamó a sus convivientes y dijo: «Doy a Daniel en perdición.» Y había un lago en que mantenían leones siete, a los cuales eran entregados los conspiradores contra el rey; y suministrábaseles cada día, de los condenados a muerte, cuerpos dos. Y arrojaron a Daniel las turbas en aquel lago, para que fuese devorado, y ni tumba tocara. Y estuvo en el lago Daniel días seis. Y había, en el lago siete leones y dabánseles al día dos cuerpos y dos ovejas; y entonces no se les dieron, para que devorasen a Daniel. Pero estaba Habacuc, el profeta en la Judea, y él había cocido cocimiento, y ensopado panes en escudilla. [. . .] Y aconteció: al día sexto estaba Habacuc teniendo panes ensopados en escudilla, en cocimiento y un ánfora de vino mezclado; e iba por el campo a los segadores. Y habló un ángel del Señor a Habacuc, diciendo. «Esto te dice el Señor Dios: la comida que tienes, lleva a Daniel al lago de los leones, en Babel.» Y dijo Habacuc: «Señor Dios, no he visto Babel, y el lago no sé dónde está.» [. . .] «...el de Babel en el ímpetu de su espíritu.» Y, cogiéndole el ángel del Señor a Habacuc del cabello de su cabeza, púsole sobre el lago, el de Babel. Y dijo Habacuc a Daniel: «Levantándote, come la comida que te ha enviado el Señor Dios.» Y dijo Daniel: «Se ha acordado, pues, de mí el Señor Dios; que no abandona a los que le aman.» Y comió Daniel; y el ángel del Señor restituyó a Habacuc, de donde le cogió el mismo día. Y el Señor Dios acordóse de Daniel. Y salió el rey, después de esto, llorando a Daniel, e inclinándose sobre el lago, viole sentado. Y, voceando, dijo el rey: «Grande es el Señor Dios; y no hay, fuera de él, otro.» Y sacó el rey a Daniel del lago; y a los culpables de su perdición, arrojó en el lago, delante de Daniel, y fueron devorados.
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Geometry existed before creation.  Plato
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